Se origina como una rama del nervio ciático cerca de la articulación de la rodilla.
Se dirige a la parte exterior de la articulación, quedando cubierto por el músculo bíceps femoral.
Posteriormente rodea la cabeza del peroné y se divide en dos ramas:[1] El nervio fibular cumún es vulnerable a lesiones por traumatismo o compresión, sobre todo en su porción superior que se encuentra cerca de la cabeza del peroné.
En esta región próxima a la rodilla, un golpe directo puede ocasionar la parálisis del nervio, provocando la falta de contracción de los músculos flexores dorsales y eversores del tobillo, ocasionando un pie caído.
También produce la marcha equina o estepaje.