Esta nueva definición restituye a la Geografía académica, frente a definiciones anteriores preferentemente centradas en los aspectos lúdicos y subjetivos del fenómeno, el papel que debe jugar a la hora de plantear una renovación de la disciplina, con el rigor y el derecho que le otorga su trayectoria multisecular.
El término viene a definir aquellas herramientas y técnicas geográficas utilizadas para realizar actividades personales o por un grupo de usuarios no expertos en el análisis geográfico, ya que su fin inicial es el uso informal y no analítico.
Es una expresión, en su más reciente sentido, que deriva del nuevo uso que se está dando a cartografía en Internet por parte de usuarios masivos.
Con la neogeografía esa capacidad se amplía hacia una conciencia de lugar, y también a la expresión libre y creativa de los lugares.
Inaugura la libertad para crear territorios, toda vez que los usuario, o comunidades dadas, crean mapas usando sus propios criterios de espacialidad, temporalidad, sentido creativo, ánimo de ficción, compromisos con causas territoriales y en general cualquier iniciativa que involucre las redes digitales y el espacio físico.