Durante el juicio, Čabrinović y otros miembros de su grupo declararon que el asesinato reflejaba sus creencias anarquistas.
Aunque había tenido que dejar de ir al colegio, seguía leyendo ávidamente, ahora literatura política, y pronto se hizo socialdemócrata.
En algún momento vivió en Zagreb y Trieste mientras trataba de ser financieramente estable por su cuenta.
Allí entró en contacto con Krsta Cicvarić mientras se familiarizaba cada vez más con la literatura anarquista, adoptando luego sus ideales.
Más tarde, se caracterizó así mismo como “anarco-socialista”, y después de las guerras balcánicas también incluyó las ideas del yugoslavismo en su ideología personal.
Para evitar ser capturado vivo, tragó una cápsula de cianuro y saltó a un río cercano para asegurar su muerte.
Durante el juicio, Čabrinović, fue el único acusado que expresó remordimientos y se disculpó con los hijos del archiduque.