Narciso de Jerusalén

Según Eusebio de Cesarea fue elegido obispo muy anciano cuando tenía 80 años (hacia el año 180), y se dice que vivió hasta los ciento dieciséis años.

[1]​ Uno de los milagros que se le atribuyen es haber convertido el agua en aceite una víspera de pascuas para que los diáconos pudieran encender las lámparas.

El santo en lugar de defenderse se retiró al desierto.

Entonces, Dios castigó a dos de los acusadores según las afirmaciones que habían hecho, muriendo los dos primeros y el tercero, reconoció su falta, quedando ciego de tantas lágrimas que derramó.

Tenía entonces 110 años, y como se sentía muy anciano nombró a San Alejandro como coadjutor de la sede.