[2] Se sospecha que LDN podría actuar como un inmunomodulador en enfermedades autoinmunes y en el cáncer.
Esto se debe en gran parte a que la naltrexona es un medicamento libre de patente, por lo que la investigación y la posterior comercialización aplicada a nuevas indicaciones no representa un incentivo económico para las grandes farmacéuticas.
La investigación preliminar ha sido prometedora para el uso de la LDN en el tratamiento del dolor crónico.
[8] Sin embargo, LDN como tratamiento en el dolor crónico es todavía experimental y es necesario realizar más investigaciones antes de que pueda ser ampliamente recomendado.
Un estudio retrospectivo demostró en 2023 que LDN podía mejorar la capacidad funcional y los síntomas asociados al COVID persistente (fatiga, post-exertional malaise, insomnio).