Es una planta perennifolia; el tallo exhibe una corteza de color rojizo-parduzca que se desprende en tiras pequeñas; las hojas son opuestas, de textura similar al cuero, lisas, anchas, de forma elíptica, resinosas, aromáticas, con nervaduras salientes en ambas caras pero predominando en la inferior; tienen una longitud de 2 a 5 cm.
[4] El fruto es grande de forma redonda, verde cuando al inicio y rojo-pálido o amarillo crema cuando madura; el fruto presenta una sola semilla de forma redondeada.
[3][4][5] Se le encuentra cerca de otras especies como Myrica parvifolia, Weinmannia tomentosa y Prunus buxifolia.
[4] La especie crece en la Región Andina de Colombia, Ecuador y Venezuela[2] en alturas que varían entre los 2200 a 3100 m s. n. m. El arrayán es una especie de crecimiento lento, se ubica en suelos fértiles y bien drenados, requiere sitios bien iluminados para prosperar adecuadamente, aunque se desarrolla bien en ambientes nublados, como los bosques de niebla principalmente en cañadas.
Se acostumbra a utilizar su hojas para aliviar dolores de muelas masticándolas y sus frutos se utilizar para alimentar aves en cautiverio, según el Jardín Botánico José Celestino Mutis de Bogotá.