Mylabris uhagonii

Está pendiente de ser declarando oficialmente extinto, ya que el último ejemplar fue recogido en 1956.

Se distingue por su tegumento de color azul o verde metálico, especialmente brillante por su parte inferior, estar recubierto por pelos largos de color claro, y por sus antenas largas, no tan ensanchadas en el extremo como las de los demás milábrinos y con dimorfismo sexual.

[3]​ Como otros coleópteros de la familia Meloidae, segregan una toxina conocida como cantaridina, una sustancia viscosa parecida al aceite, que en el pasado fue empleada en la medicina popular como antiespástico, abortivo o afrodisíaco.

Estos coleópteros son endémicos de la península Ibérica y prefieren sitios soleados y con muchas flores ya que se alimentan de polen.

Fueron bastante comunes hasta el principio del siglo XX, pero hoy se creen extintos.