Mutacionismo

El mutacionismo considera que las mutaciones son el agente verdaderamente creativo del cambio orgánico (frente a la selección natural), dando lugar a una evolución discontinua (frente al gradualismo postulado por Darwin).

Sin embargo, la síntesis de la genética mendeliana y el darwinismo no se desarrolló inmediatamente por varias razones: continuaba siendo dudoso que la selección natural fuese suficientemente poderosa como para actuar a partir de diferencias infinitesimales; era una creencia común (siguiendo la noción de Galton de regresión a la media) que incluso las fluctuaciones heredables no podían conducir a cambios cualitativos; y algunos defensores del darwinismo, como Karl Pearson, todavía no acaptaban la genética mendeliana.

En 1909, en el centenario de Darwin, el mutacionismo y el lamarckismo se situaban a la misma escala que la selección natural.

En 1927 Hermann Joseph Muller comprobó que la exposición a los rayos x acrecienta mucho la tasa de mutación.

Hoy se sabe que otras radiaciones como la ultravioleta, así como ciertas sustancias químicas pueden actuar como mutágenos.