Emplazado en un edificio típico del Pirineo aragonés del siglo XIX llamado Casa Batanero, se inaugura en 1979 fruto de la colaboración entre la Asociación Amigos de Serrablo, el escultor Ángel Orensanz y el Ayuntamiento de Sabiñánigo.
El museo se guía por un Ideario que hace que de una cultura arcaica y local se parta hacia unos planteamientos universales, en los que la idea de “museo vivo” es un objetivo permanente.
Por este aspecto, y por estar instalado en una casa representativa de la arquitectura popular del Pirineo, se puede decir que estamos ante un ecomuseo, en el que no falta incluso, un jardín etnobotánico.
Todo ello se complementa con una sala de audiovisuales y una biblioteca especializada que lleva el nombre del ilustre etnólogo Rafael Andolz y una sala dedicada a la obra del escultor Ángel Orensanz.
Existen, además, otras dos salas dedicadas a la labor antropológica de Julio Caro Baroja y de Antonio Beltrán Martínez.