Enclave residencial donde aún se pueden encontrar numerosas casas del siglo XIX intactas.
Cuando Robert Murray murió en 1786, su hermano John pasó a ser el propietario, mientras que su hijo Lindley Murray (1745–1826) se había exiliado en Gran Bretaña como resultado de la Guerra de la Independencia.
En 1847, los herederos Murray que poseiann diversas fincas en el barrio, ejercieron presión a la ciudad para evitar introducir la línea de ferrocarril y su paraíso no fuese amenazado.
Así, en la segunda mitad del siglo XIX, Murray Hill se convirtió en una zona muy apreciada por una clientela burguesa por su tranquilidad.
Pero una asociación continua luchando por la preservación de las casas antiguas y evitar que se construyan nuevos edificios para uso puramente comercial.