El municipio ha mermado su población de manera significativa en los últimos años.
Sin embargo, el pueblo vuelve a recuperar la alegría a partir de primavera, cuando muchas familias y jóvenes se acercan hasta el lugar para pasar fines de semana o sus vacaciones.
Durante el periodo Cretácico inferior formó parte de una llanura encharcada que se desecaba periódicamente, dejando atrás zonas fangosas en las que las huellas de dinosaurio quedaban marcadas a su paso.
Con el tiempo éstas se secaban y cubrían con nuevos sedimentos cuyo peso prensaba las capas inferiores, haciéndolas solidificar en rocas con el paso de millones de años.
La erosión ha ido desgastando las capas superiores haciendo visibles muchas de estas formaciones rocosas, permitiendo observar las icnitas.