Las Murallas de Sovana constituyen el sistema defensivo de la aldea homónima e históricamente sintetizan las distintas épocas etrusca, medieval y renacentista.
Las murallas etruscas fueron construidas en distintas épocas del siglo VII a. C. Se construyeron unos tramos de muro para delimitar el área arqueológica actual de Sovana en los puntos no protegidos por las escarpadas paredes rocosas de toba volcánica; Desde la necrópolis, la muralla cruza el Pianetto y se eleva a lo largo de las laderas de la colina en la que se construyó la Concatedral de San Pedro y San Pablo en la Edad Media.
Estas muros formaron la base para la construcción de las murallas medievales, que se sustentaron parcialmente en las estructuras etruscas preexistentes.
Las murallas medievales fueron construidas por los Aldobrandeschi entre el siglo XI y el siglo XII para proteger el pueblo de Sovana, uno de los principales enclaves controlados por esta familia en ese momento, y que en 1274 fue elevado a capital del condado.
En el lado este, los muros de Sovana se fortalecieron aún más con la construcción de la imponente Fortaleza Aldobrandesca, en cuya base se pueden ver algunos vestigios de los muros defensivos preexistentes del período etrusco.