Durante este período, la región experimentó una mezcla de culturas, con la influencia española que se reflejó en la arquitectura y la religión.
En el siglo XX, Ixtapan de la Sal se convirtió en un importante destino turístico gracias a sus aguas termales y su clima cálido.
Actualmente, el municipio es reconocido por su belleza natural, sus atractivos turísticos y su rica herencia cultural.
Durante la festividad, se realizan procesiones, misas y danzas tradicionales en la parroquia de San Martín Obispo.
Durante la feria, se llevan a cabo exposiciones agrícolas, artesanales e industriales.