Estos problemas derivan del hecho de que dos programas pueden ejecutarse simultáneamente y, potencialmente, pueden interferirse entre sí.
Concretamente, en lo que se refiere a las lecturas y escrituras en memoria.
Cada microprocesador cuenta con su propia memoria caché local.
Si otro microprocesador tiene almacenada la misma dirección de memoria en su caché, resultará que trabaja con una copia obsoleta del dato almacenado.
La mayoría de los sistemas operativos actuales poseen esta capacidad.