Frecuentó los mismos ambientes vanguardistas de tiempos atrás.
Desde el punto de vista artístico, en ese momento ya se encontraba plenamente inmerso en su primer estilo, propio y personal, conocido como la época azul.
[1] Unos meses después de llegar a la Ciutat Condal, hace su primera escultura, la única que se conserva en el Museo Picasso de Barcelona: Mujer sentada.
Iconográficamente, se trata de una figura femenina muy representada en las pinturas y dibujos de la época: una mujer vestida con ropas largas, abatida y abandonada a su propio peso.
[1] Alexandre Cirici i Pellicer encuentra ciertas coincidencias entre estas figuras picassianas y las figuras que hay en los murales del arte románico catalán.