Se realiza habitualmente en las semanas 10-12 de embarazo, y es esta su gran ventaja con respecto a la amniocentesis, que se realiza a partir de la semana 15.Se toma una pequeña muestra del corion (el tejido externo que rodea el feto y la placenta) y se analiza.Valiéndose de ultrasonido para guiar la sonda, se inserta un tubo delgado y hueco en la vagina o en la pared abdominal, hasta el útero, y se extraen varias células coriónicas, idénticas a las del feto.El análisis de estas células proporciona una "ventana" para ver el feto.Aun así, parece que el riesgo de aborto sólo aumenta en un 1%.