La moviola[1] fue la primera máquina ideada específicamente para la edición de películas cinematográficas, siendo inventada por Iwan Serrurier en 1917.
Con la llegada del sonido la moviola evolucionó para permitir al editor ver y escuchar simultáneamente la banda sonora registrada durante el rodaje.
Esta nueva y revolucionaria mesa de ensamblaje horizontal, mucho más práctica que la Moviola vertical americana, fue inmediatamente preferida por la mayoría de los editores y se convirtió en el estándar europeo.
La película ya filmada es revelada en el laboratorio y se copia en un ordenador o disco duro a través de una digitalización.
Las principales ventajas respecto a la moviola consisten en que es mucho más rápido a la hora de trabajar, se necesitan menos ayudantes, con lo cual se ahorra dinero, facilita el acceso al material ya que está todo dentro de la memoria del ordenador, la película no sufre ningún tipo de daño, es más silencioso, hay más posibilidades a la hora de manipular el sonido y se pueden integrar efectos especiales electrónicos.