La pieza fue hallada en 1956 en la casa número 94 de la calle González Marín de Cártama (en época romana llamada Cartima) mientras el propietario realizaba obras, que fueron paralizadas para extraer la pieza.
En 2011 el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) lo restauró (ya que algunas piezas estaban separadas y deterioradas) con mortero de cal y arena, al igual que usaban en época romana,[1] para su posterior exhibición en la inauguración del Museo de Málaga en 2016, del que actualmente forma parte como una de sus piezas más prominentes.
[2] El mosaico está realizado en opus tessellatum y el tema central es el nacimiento de Venus, en el que la diosa está reclinada sobre una gran concha de la que habría nacido, dicho elemento adquiere más protagonismo en los mosaicos encontrados en España, y debajo de ella aparecen dos delfines.
Esta alegoría está rodeada por ocho cartelas con distintas representaciones de aves campestres y enmarcado en un gran cuadrado decorado con formas geométricas y guirnaldas.
[3] En el Imperio romano, los mosaicos se utilizaban como pavimento del suelo en sustitución de alfombras en las casas privadas y edificios públicos, hecho muy común en la época.