Varios manifestantes, identificados como miembros del partido de extrema derecha Svoboda, aprovecharon para cercar y destruir el monumento.
No obstante, el monumento tuvo sus detractores, entre los que se encontraba el [entonces] Presidente Viktor Yushchenko, el cual declaró que nada más conseguir la Independencia de Ucrania la estatua (considerado un símbolo del totalitarismo comunista soviético) debería haber sido retirada.
[1] En cuanto a los partidarios, en su mayoría militantes del Partido Comunista, con escaños en la Rada Suprema se opusieron.
Tras el colapso del régimen soviético, el monumento ha sufrido varios actos de vandalismo, razón por la que se incrementó la vigilancia por parte de la policía y activistas comunistas.
[2] La estatua quedó destruida tras caer con violencia al suelo de la plaza.