Monuca

Desde ese momento se refugia cerca de los ríos hasta adquirir su peculiar colorido; su cabeza es blanca como la lana de las ovejas, mientras su cuerpo es rojo, azul y negro con una cola morada.Cuando cumple cinco años su tamaño le impide correr o subirse a los árboles por lo que acaba siendo cazada por el gato montés que, vengando la muerte de la rámila, la deja ciega a su suerte.Así la monuca acaba sus días despeñada o cazada por un animal salvaje.Aunque no muchas sobreviven a las zarpas del gato montés, las que lo hacen se vueven animales amistosos, pacíficos pero lo más inportante es que se vuelven inmortales.[1]​ No confundir con la monuca galana o bonuca, nombres, entre otros, con los que se conoce en Cantabria a la comadreja.