Fue fundada en el año 1912 a orillas del río Brenta, en Bassano del Grappa, por los austríacos Edwige Hoffman y Heidrich Helm, ambos apasionados de la mecánica.
Su nombre se debe al famoso macizo cercano.
En 1946 Montegrappa sufrió un fuerte golpe cuando se produjo un incendio en su fábrica por la acumulación de celuloide.
Debido a ello, la compañía abandonó poco a poco el uso de este material, y lo sustituyó por materiales como la plata y el oro para la producción de estilográficas.
Entre los modelos más aclamados de Montegrappa, destaca Micra, Miya, Extra o prestigiosas ediciones limitadas como Eternal Bird.