[2] La vegetación está formada por matorrales y plantaciones de pinos.
Sus suelos son ácidos, de baja o media profundidad, de sustrato granítico que afloran a menudo dando lugar a rocas y pedregales, elemento característicos del paisaje de la región del Bajo Miño.
Quedan algunos restos del bosque caducifolio autóctono como carballeiras, y vegetación de ribera.
Han aparecido restos prehistóricos, como molinos de mano o cerámica.
Existen muchas leyendas que se refieren al monte: se dice que las yeguas de Aloya son fertilizadas por el viento, y en la cama de San Julián no crece la hierba.