Se denomina monotipo, no solo al ejemplar único (tras el cual la plancha se destruye), sino a aquellas impresiones que, por uso de tintas distintas u otras modificaciones, son pruebas únicas o diferenciadas respecto de la edición principal.
Así ocurre cuando el artista prueba la plancha con un nuevo color, o sobre un soporte distinto al habitual.
[1] La creación de monotipos es considerada como una técnica que admite innumerables procesos experimentales y plásticos, la cual permite plasmar con libertad creativa y de expresión; que incluso puede utilizarse en la conjugación con otras o como fin en sí misma.
Tradicionalmente se considera pionero en este género a Giovanni Benedetto Castiglione, pintor y grabador genovés del siglo XVII.
En el siglo XIX, el poeta inglés William Blake y el artista francés Edgar Degas, experimentaron con la técnica.