En 1834 un rayo caído sobre el antiguo torreón palaciego provocó graves destrozos en el monasterio, quedando destruidos los artesonados moriscos del patio.
Su aparejo medieval data del siglo XIII, inclusive la portada abocinada y apuntada, resuelta en tres arquivoltas baquetonadas que descansan en pilastras; otras dos pilastras saliendo de la pared flanquean la portada, mientras que una cornisa de nacela discurre justo encima.
El remate almenado de esta prominente estructura prismática es posterior, del siglo XVI.
En el interior, un gran arco de medio punto da ingreso al presbiterio y la Capilla Mayor, que cierra un testero plano.
El retablo mayor, clasicista de transición del Renacimiento al Barroco, fue acabado en 1615 por el artista Gaspar Dacosta, perteneciendo la parte escultórica a Sebastián Ducete, que se muestra en esta obra muy influenciado por Juan de Juni.