Durante sus visitas al país en los siglos VIII y IX, había escondido muchos tesoros sagrados (llamados terma) para evitar su profanación o destrucción.
Estos fueron recuperados en varios períodos a lo largo del tiempo y en el siglo XV Pema Lingpa se embarcó en la búsqueda de tesoros cuando tenía 25 años.
La remodelación se planeó de tal manera que no perturbara «el aura y la grandeza originales del monasterio».
Se procuró preservar las viejas estructuras, tallas y pinturas en la medida de lo posible, mientras que los artesanos locales elaboraron 104 nuevos pilares.
[1] El tsechu, festival popular de Bután, se celebra en el monasterio; este evento atrae numerosos visitantes extranjeros.