[6] En este punto las fuerzas iraquíes empujaron a las tropas iraníes que volvieron a cruzar el estuario.
Muchos de los soldados iraníes estaban muertos o heridos por los fuertes ataques iraquíes; Mohammad Hossein Fahmideh tomó una granada de un cadáver cercano, jaló la llave y saltó bajo un tanque iraquí, matándose así mismo y desarmando el tanque.
Esto hizo que los iraquíes pensaran que los iraníes minaron el área por lo que se detuvo el avance de la división de tanques iraquí.
El Ayatolá Jomeini declaró a Fahmideh[7] un héroe nacional iraní y un monumento a Fahmideh fue erigido en las afueras de la capital Teherán, el cual es un lugar de peregrinación de jóvenes iraníes; inspirándose en su martirio se implantó el reclutamiento forzoso de chicos menores de edad para que en los ataques de olas humanas detonaran las minas antipersonales y le dejaran el camino libre a los tanques.
[8][9] En los años siguientes a la muerte de Hossein varios murales fueron pintados en todo Irán, bolsos de libros que mostraban a Hossein eran vendidos a los niños y una estampilla de correo fue emitida en su memoria en 1986.