Transcurre el año 1978 y el Arzobispado de Santiago le enmienda la misión a Sergio "Tilo" González y a Fernando González de musicalizar una liturgia, con arreglos andinos.
Congreso acepta, y convoca a varios artistas que participan en la grabación.
En 1979, la banda entra en receso debido a que Francisco Sazo, Renato Vivaldi y Arturo Riesco parten a distintas partes del mundo, a estudiar o ejercer sus profesiones.
Los textos de esta obra, corresponden a los de una Liturgia cualquiera, por lo que en ese aspecto, no se destaca a cabalidad.
No así, el caso de la musicalización, ya que ha sido considerada por muchos como una obra maestra, al mezclar Rock, Folklore y Jazz.