Durante el siglo XIX muchas miniaturistas profesionales se formaron en los talleres familiares.
En la corte fernandina también trabajó la miniaturista francesa Aimée Thibault, que en 1819 fue nombrada pintora de cámara.
Otra miniaturista solicitada por la aristocracia y la burguesía en España fue Sophie Liénard (1809-1878).
[8] Ocho años antes se abonaron a Cecilio Corro, miniaturista de cámara, 6000 reales por la realización de tres retratos en miniatura [Cardona Suanzes, Asunción (2009), La miniatura retrato en el Museo Romántico: José Delgado y Meneses y Cecilio Corro (1764-1870), Tesis, Madrid, UCM, pp. 232–233].
[9][10] Cardona Suanzes, Asunción (2020), “Aficionadas, pintoras y miniaturistas en la España de la primera mitad del siglo XIX, en González Navarro, Carlos (ed.)