En sus primeros años transportaba 400 metros cúbicos de agua.
Poco después, en los inicios del siglo XX, un ingeniero de la compañía de tranvías, Carles F. Montañés, presentó un proyecto que pretendía construir una vía de 60 centímetros y ampliar a su vez la sección del túnel para hacer pasar por él un trenecito destinado a trasladar a los barceloneses que iban a pasar sus ratos de ocio alrededor del pantano, una zona donde estaba previsto la creación de un parque de ocio en Vallvidrera bautizado como «Lake Valley Park».
Se trataba de un vagón eléctrico con capacidad para 36 pasajeros.
El túnel estaba iluminado con 80 bombillas de colores.
Años después, la mina entraría en un estado de casi abandono hasta que las nuevas canalizaciones de agua la rescatarían del olvido para transportar de nuevo agua, aunque esta vez en sentido inverso: desde Barcelona hasta San Cugat del Vallés y Sabadell.