[17] Como algunas podrían haber sido desechadas es imposible enumerar la cantidad de personas que murieron en total durante la guerra.
[18] Inicialmente, el santuario era conocido como hanazuka (鼻塚), que significa «montículo de narices», pero varias décadas más tarde se consideró un nombre demasiado cruel y se cambió por el más eufónico pero inexacto mimizuka (耳塚), «montículo de orejas», nombre que mantiene en la actualidad.
[8] El historiador británico Stephen Turnbull llamó a Mimizuka «la atracción turística menos mencionada y más evitada de Kioto».
La mayoría de las guías no mencionan el lugar, y solo unos pocos turistas japoneses o extranjeros visitan el monumento.
Sin embargo, la mayoría de los surcoreanos manifestaron que el montículo debería permanecer en el país nipón como un recordatorio del «pasado salvaje».
[8] En 1990, el monje coreano Pak Sam-jung viajó hasta Kioto con el apoyo de una organización local privada para concluir una ceremonia frente a la tumba.