Gracias a ella supieron que las autoridades chilenas habían suspendido la búsqueda del avión.
Caminan otros dos días hasta llegar a una meseta un poco arriba del río y deciden descansar en ese lugar.
Cuando ya estaba oscuro Canessa ve a un hombre a caballo al otro lado del río, el hombre les grita algo de lo que solo pueden oír la palabra "mañana" por el ruido del torrente de agua.
A la mañana siguiente nando baja corriendo hacia el río y le envía un papel atado a una piedra con un mensaje de ayuda; el hombre le dice con ademanes que esperen allí y al cabo de dos horas aparece otro hombre de su lado del río que los lleva a una cabaña, les da alimentos y los dejan descansar.
Le contaron su historia, y tras informar a las autoridades (luego de que el primer hombre que los encontró Sergio Catalán anduviera diez horas a caballo hasta el pueblo más cercano) se envió a un equipo de rescate orientándose por las indicaciones de Nando, que recogió los restantes sobrevivientes.