Desarrolló su labor profesional en países como Bosnia, Kosovo, Chechenia, Sierra Leona, Congo, Ruanda o Sudán.
Poco después se convirtió en camarógrafo de APTN (Associated Press TV).
Acompañó también al naciente Ejército de Liberación Kosovar (KLA) del que obtuvo las primeras imágenes en acción, pasando dos semanas bajo los bombardeos serbios.
Pero los momentos más peligrosos de su vida, según escribió él mismo, los padeció en Chechenia, cuando fue también el único camarógrafo occidental que consiguió entrar en la capital, Grozny, en lo más crudo de los bombardeos rusos.
El material filmado por Miguel fue uno de los pocos documentos informativos registrados por una agencia internacional.