Miguel Cortijo

Su figura se volvió emblemática para los aficionados de Ferro Carril Oeste, club en el que jugó durante 15 años.

Se retiró jugando en la Liga B para Quimsa, un equipo de Santiago del Estero.

Cortijo comenzó a practicar baloncesto en el Inti Club de Santiago del Estero, donde, tras sobresalir en las divisiones inferiores, fue promovido al primer equipo cuando aún tenía 14 años.

[3]​ Al año siguiente -ya actuando como titular del equipo a la par de otros baloncestistas santiagueños destacados como Gustavo Chazarreta y Benjamín Arce- se lució con su juego en el torneo, motivo por el cual recibió ofertas del club bahiense Villa Mitre y de los clubes porteños Obras Sanitarias y Ferro Carril Oeste.

En esa oportunidad estuvo acompañado, entre otros jugadores, por Sebastián Uranga, con quien ya había compartido las canchas en su época en Ferro.

Los últimos años de Cortijo como jugador profesional transcurrieron en la Liga B, la tercera categoría del baloncesto argentino.

Tras dejar la actividad trabajó como asistente del entrenador Marcelo Richotti durante su paso por Quimsa,[7]​ y siguió jugando al baloncesto en la liga de veteranos.

Jugó además en tres Torneos Preolímpicos y un Premundial así como dos Juegos Panamericanos.