Estos cambios en la percepción son generalmente conocidos como metamorfopsias o síndrome de Charles Bonnet.
Siento como si me hiciese más pequeño, encogiéndome, y al mismo tiempo el tamaño de las personas no supera mi dedo índice (proporción liliputiense).
Aunque la visión del sujeto no se vea afectada, normalmente ven objetos de tamaño o forma alterados.
Además, la percepción en profundidad puede verse alterada, por lo que generalmente las distancias percibidas son incorrectas.
El sujeto afectado por este trastorno puede perder el sentido del tiempo, un problema similar a la falta de la perspectiva espacial.
Los pacientes que sufren este desorden pueden padecer frecuentemente paranoia como resultado de molestias en la percepción del sonido.
Sin embargo, frecuentemente es fácil descartar una psicosis ya que las personas con este síndrome son generalmente conscientes de que sus alucinaciones y su percepción distorsionada de la realidad no son reales, y por tanto no han perdido contacto con la realidad.
En la historia, Alicia, la protagonista, experimenta numerosas situaciones similares a las asociadas con la macropsia y la micropsia.
También se ha sugerido que Carroll puede haber sufrido de epilepsia del lóbulo temporal.
También puede ser el síntoma inicial del virus de Epstein-Barr, además se ha sugerido una relación potencial entre el síndrome y la mononucleosis.
Otras teorías sugieren que las percepciones desordenadas de la imagen corporal provienen del lóbulo parietal.
El diagnóstico puede proponerse cuando se han descartado otras causas como: Lesiones cerebrales, migrañas, epilepsia, etc.
Otros tratamientos que se han explorado incluyen la estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS).
Ante todo, el descanso es el principal tratamiento, pero otra terapia eficaz es unirse a los grupos de apoyo para compartir experiencias y saber que no se está solo.