La sangre no fluye continuamente a través de los capilares, sino que lo hace intermitentemente apareciendo y desapareciendo cada pocos segundos.
[1] La perfusión microvascular es controlada localmente, lo que mantiene el flujo sanguíneo tisular y la entrega de sustancias pese a los cambios en la presión arterial.
[4] La difusión del contenido capilar hacia los tejidos da lugar al líquido intersticial, que es un filtrado de plasma sanguíneo.
[1] El cerebro tiene una escasa capacidad para almacenar nutrientes, por lo que demanda un elevado aporte de oxígeno y glucosa, que es proporcionado mediante el flujo sanguíneo cerebral, el cual se mantiene relativamente constante pese a las fluctuaciones de la presión arterial media.
Se ramifican entre dos y cinco veces alcanzando un diámetro de 5-9 μm en sus extremos cuando aportan la sangre a los capilares.
Las metaarteriolas (arteriolas terminales) no tienen una capa muscular continua sino fibras musculares lisas rodeando el vaso en puntos intermitentes.
En YouTube (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).