Su padre había perdido un pequeño taller textil años atrás, y aunque obtuvo un trabajo de contable, el joven Kalecki tuvo que buscarse un trabajo para ganar algo de dinero.
Durante su primer curso en Varsovia seguía con empleos esporádicos, difíciles y mal pagados.
Fue durante estos años cuando Kalecki hizo su primer acercamiento a la economía, aunque de una manera más bien informal.
En esa misma época intentó fundar un periódico sin éxito, y luego se vio obligado a escribir artículos económicos para dos periódicos, el Polska gospodarcza y el Przegląd Gospodarczy.
Dicho ensayo era Proba teorii koniunktury (Ensayo sobre la teoría del ciclo económico), fue publicado por el IICEP y era donde por primera vez Kalecki conseguía elaborar de manera completa una teoría del ciclo económico.
Allí estuvo primero en la London School of Economics y después en Cambridge.
De esta forma empezó la amistad con Richard Kahn, Joan Robinson y Piero Sraffa, dejando una huella indeleble en todos ellos.
Aunque las conclusiones de sus trabajos económicos eran bastante parecidas, los caracteres no podían ser más diferentes.
Ello no le impidió dar alguna que otra conferencia en la Universidad de Oxford.
En 1945 Kalecki abandonó el IEO, molesto por no tenerle en la consideración que se le debía.
La época que permaneció aquí, hasta 1954, le permitió desarrollar su trabajo como consejero político, redactando varios informes económicos y documentos internos para dicho departamento.
A pesar de la aptitud del plan final ideado por Kalecki, los miembros del consejo (que eran bastante exaltados y excesivamente optimistas) descartaron dicho proyecto por ser demasiado lúgubre y tener tintes de derrotismo.
En 1959 empezó a dirigir un brillante seminario sobre los problemas socieconómicos del Tercer Mundo junto con dos economistas igualmente capacitados, Oskar Lange y Czesław Bobrowski.
Para él dicho problema no era nuevo, pues ya había escrito destacados artículos que trataban a fondo estos temas, relacionados con la financiación del subdesarrollo.
Keynes años atrás había dicho que el conocimiento de las leyes que regulaban la economía capitalista nos haría a todos más prósperos, felices y más responsables respecto a las decisiones económicas tomadas.
Kalecki sin embargo siempre tendió a pensar más bien lo contrario, de hecho la idea del ciclo económico político (de que el Gobierno puede forzar para sus intereses situaciones que no sean pleno empleo) parece apuntar en esta dirección.
Probablemente sea George Feiwell, quien haya escrito un buen resumen sobre la vida de Kalecki:
Kalecki, cuyas primeras influencias vinieron siempre de economistas marxistas, vio bien claro que el volumen y reparto de las ganancias en una sociedad capitalista era puntos vitales a tratar.
Las suposiciones en cuestión son: Con estos supuestos Kalecki deriva la siguiente identidad contable: Donde
, en la anterior ecuación podemos simplificar esos dos términos y llegar a: Esta es la famosa ecuación de beneficios, que dice que los beneficios son iguales a la suma del consumo de los capitalistas más la inversión.
Si los capitalistas consumen más, obviamente los beneficios tendrían que ser menores.
La relación causal de antes se sigue aplicando, y va desde la inversión al ahorro.
“La inversión se financia a sí misma”,[5] con lo que la igualdad entre el ahorro y la inversión no se produce por ningún mecanismo de tipo de interés como pensaban los economistas anteriores.
Podemos concluir por lo tanto que el parámetro α es relativamente constante a lo largo del ciclo económico.
Ya por último, nos queda una ecuación que determine el producto total de una economía.
que antes obtuvimos: La ecuación anterior muestra finalmente la determinación del ingreso en un sistema cerrado y sin gobierno.
Todo lo anterior nos permite ver el papel decisivo de la inversión en un sistema capitalista.
Este tema fue tratado durante mucho tiempo por Kalecki, ya desde sus inicios, y nunca quedó completamente satisfecho de su solución.
Se verá que la anterior ecuación es capaz de generar ciclos por sí misma.
En definitiva, las variaciones en el nivel de inversión generan por sí solas los ciclos económicos.