TOPO, tradicional y popularmente conocido como el Topo, es un sistema híbrido entre ferrocarril metropolitano (metro) y tren suburbano que da servicio a la ciudad española de San Sebastián (Guipúzcoa), a otras localidades cercanas de su provincia, así como a la ciudad francesa de Hendaya (Pirineos Atlánticos).
Construido inicialmente como un ferrocarril entre San Sebastián (Guipúzcoa) y Hendaya (Pirineos Atlánticos), la línea pasó a manos de la operadora Euskotren en 1982, que la modernizó y rápidamente la transformó en un tren de cercanías.
La denominación oficial actual, en mayúsculas, busca realizar un juego de palabras de doble sentido con el euskera, lengua en la cual la voz topo es un sustantivo común que significa «encuentro, coincidencia, confluencia».
Cuando dicha empresa fue fusionada en Ferrocarriles Vascongados, la concesión pasó a ésta.
Dichas iniciativas han sido contestadas y rechazadas por distintas fuerzas y agrupaciones,[19] políticas o vecinales, que suelen presentar argumentos ecologistas o demográficos para justificar la inconveniencia del proyecto.
Pese a la falta de consenso, las instituciones públicas han ido postulándose progresivamente a favor del ferrocarril metropolitano y han dado pasos firmes hacia su desarrollo en los últimos años.
Estos paneles luminosos o pantallas también informan de la hora y la temperatura exterior.
En todas las estaciones se pueden encontrar pantallas y paneles informativos sobre los trenes que efectúan parada, además de efectuarse avisos por megafonía a la llegada de los trenes.
Al contrario que los modelos a los que ha sustituido, los trenes disponen de pantallas de información, continuidad entre los vagones y accesibilidad universal con un espacio dedicado a PMR, sillitas y bicicletas.
Esta variante ferroviaria dará servicio al barrio del Antiguo, a las universidades y al centro, además de sustituir y soterrar la estación de Amara.
Las estaciones serán: Lugaritz, Bentaberri, Concha, Easo (sustituye a Amara) y Anoeta.
Las obras comenzaron a finales 2017 y se prevé que el tramo entre en servicio en el primer trimestre de 2026.
Este tramo, con doble vía, sustituirá al actual viaducto, al túnel N.º 7, al apeadero de Galtzaraborda y a la estación de Pasaia, eliminando definitivamente la barrera arquitectónica que supone el inmenso viaducto de Pasajes, que actualmente divide el pueblo en dos.