El meteorito Gibeon alcanzó la tierra en épocas prehistóricas, llevando el nombre de la localidad más cercana donde fuera encontrado, Gibeon, Namibia.
Es un meteorito metálico compuesto mayoritariamente de hierro y níquel, así como aleaciones metálicas que contienen cantidades significativas de cobalto y fósforo.
Los pueblos de la región usaban su metal para hacer herramientas hasta que en 1836, el capitán inglés Sir James Edward Alexander, tomara muestras y las enviara a Londres donde confirmaría su origen extraterrestre.