Tradicionalmente el estudio de la economía se dividió en dos grandes grupos, macroeconomía y microeconomía.
Por ejemplo, considerando a los individuos como parte de la sociedad humana y del medio de los que forman parte, y como resultado condicionando la búsqueda interna del interés individual, más egoísta, con la conciencia pragmática de que esa búsqueda tiene un efecto sinergético sobre el desarrollo de los intereses generales de la sociedad humana y del medio, que será la que redunde finalmente en la mayor riqueza de las naciones propugnada por Adam Smith.
En este sentido estudia cuestiones relevantes pero difíciles o imposibles de mesurar.
Puntualmente su objeto de estudio radica en cómo las cuestiones culturales afectan a la economía.
Un ejemplo citado habitualmente, y estudiado por la metaeconomía, es cómo la tradicional austeridad y frugalidad de los habitantes del sureste asiático colaboraron con el desarrollo económico de aquella zona.