Las mesas de juego suelen contar con cajones en uno o varios de sus lados en los que se guardan las fichas, los dados, las barajas o los tableros necesarios para el completo desarrollo del juego.Una vez terminada la actividad, se guardan en los mismos para tenerlos accesibles para la siguiente ocasión.Gracias a esto, se pueden desplegar los juegos en el doble fondo y poner las tapas cuando se quiera, pudiendo utilizar así la mesa tanto para jugar como para comer.Su objeto es bien que puedan ser recogidas para ocupar el menor espacio posible, en cuyo caso son las patas las que se pliegan, bien dar una utilidad decorativa o funcional al tablero en cuyo caso es éste el que se pliega o recoge sobre sí mismo por medio de bisagras.[3] Algunas mesas también incluyen raíles para poder apoyar las cartas, una lámina de metacrilato para proteger mapas y luces led para dar una mejor iluminación a las partidas.