Habita preferentemente en zonas de vegetación densa, llevando una vida acuática.
Estudios recientes en ADN y morfología sugieren que pueda pertenecer a su propio género, Mecistops, pero actualmente la mayoría continúa catalogándolo dentro de los Crocodylus.
Precisamente es denominado hociquifino por tener un hocico algo más estrecho que el de parientes cercanos, siendo al menos 5 veces más largo que ancho en su edad adulta.
Actualmente es difícil determinar su estado de conservación, se ha llegado a estimar que aunque este cocodrilo se extendía por gran parte del África Central Occidental, en la actualidad sólo se encuentra ya en países como Costa de Marfil y el Congo siendo escaso en otros países como Nigeria, Benín, Camerún o Guinea Ecuatorial y probablemente desapareciendo de otros.
La inestabilidad política y las numerosas y cruentas guerras que azotan la zona en la que habita impide realizar estudios certeros sobre su estado de conservación, así como establecer medidas orientadas a impedir su desaparición.