Mecio Fufecio sucedió a Cayo Cluilio como rey de Alba Longa tras la repentina muerte de éste durante la guerra contra los romanos.
Tras una larga lucha, en que murieron dos de los hermanos romanos y resultaron heridos los tres albanos, el último Horacio superviviente logró matar a los tres Curiacios, dando así la victoria a Roma y con ella la hegemonía sobre el Lacio.
Poco tiempo después, y en virtud del tratado de paz firmado, los romanos llamaron a los albanos para que acudieran en su ayuda en su guerra contra las ciudades etruscas de Veyes y Fidenas.
Tulo Hostilio, conocedor de la traición, ordenó que Mecio muriese descuartizado por dos cuadrigas lanzadas en direcciones opuestas.
Como castigo, además, Alba Longa fue completamente destruida y sus habitantes trasladados a Roma.