Maurice André

El padre de Maurice tocaba la trompeta en sus ratos libres en la banda del pueblo, con lo que el pequeño Maurice se aficionó y acostumbró al peculiar timbre de este instrumento desde su más tierna infancia.

Allí, André se inició en el estudio del cornetín, un instrumento en plena decadencia pero fundamental y necesario para la iniciación de los futuros trompetistas.

André se resolvió como un magnífico estudiante y ya en el primer año consiguió el Premier Prix del Conservatorio en cornetín, galardón que revalidaría al año siguiente en la especialidad de trompeta.

También desde aquellos años, inicia una puntual colaboración con las organistas Marie-Claire Alain y Hedwig Bilgram (la conjunción entre trompeta y órgano desarrolla una sonoridad óptima para el repertorio, ya sea barroco o más moderno).

[cita requerida] En sus últimos años estuvo prácticamente retirado, aunque aún realizaba algunas actividades relacionadas con la trompeta, como seminarios y cursos magistrales, dentro de los límites que le permitía su delicado estado de salud.