Matthijs Vermeulen

Se presentó al director del conservatorio, Daniël de Lange, quien reconoció su talento, dando las clases gratis durante dos años.

El estreno por la Arnhemsche Orkest Vereeniging, en marzo de 1919, iba en una manera deplorable, causado por varias circunstancias.

Pero tampoco en la práctica musical francés había sitio para representar sus obras sinfónicas; por fuerza de las circunstancias Vermeulen volvió al periodismo.

Nuevo años después hubo otro estímulo por el estreno de su Tercera Sinfonía por la Orquesta Real del Concertgebouw (Ámsterdam) dirigida por Eduard van Beinum.

La confrontación con los sonidos reales, esperada durante tanto tiempo, le confirmó a Vermeulen el funcionamiento correcto de sus conceptos.

En poco tiempo se le perdieron su mujer y su hijo más querido, Josquin, quien cayó en el ejército de libertad francés.

Buscando el sentido de estas pérdidas, Vermeulen diseñó una construcción filosófica, la que elaboró más en su libro Het Avontuur van den Geest.

Temía una confrontación nuclear y en varias revistas alzó la voz contra la carrera de armamento.

Durante la primera grande manifestación por la paz, en 1955, dijo las palabras características: "La bomba atómica es una arma anti-Vida, anti-Dios, anti-Ser Humano."

Su última obra, la Séptima Sinfonía, con su título Dithyrambes pour les temps à venir, expresa un optimismo inextirpable.

Muchas veces Vermeulen combina melismas largas, así formando una melodía ininterrumpida, de la que falta cualquier referencia a épocas o estilos restringidos.

Estos ideales grandes, formulados en el libro Princiepen der Europese muziek y también en artículos innumerables, chocaron totalmente con los movimientos vigentes, de modo que Vermeulen no tenía seguidores o alumnos.