Durante los días que duró la ofensiva la mayoría de las provincias del Sur sufrieron ataques y buena parte de ellas quedó en poder de los comunistas durante varios días, hasta que la enorme potencia de fuego desplegada principalmente por Estados Unidos infligió fuertes pérdidas a los combatientes y pudo recuperar todas las ciudades perdidas.
[2] Una de las ciudades capturadas por los comunistas fue la antigua capital imperial: Hué.
Allí permanecieron las fuerzas del Norte durante varios días ejerciendo de auténtico poder militar y civil.
Cuando los vietnamitas del sur y los estadounidenses lograron recuperarla, la ciudad fue prácticamente arrasada, encontraron que mucha de la población seguía con vida, otros habían huido como desplazados y varios miles de personas estaban desaparecidas.
Por tanto, resulta poco creíble que un ejército en retirada y perseguido por enemigos muy poderosos se tomara tantas molestias en trasladar y enterrar a las víctimas causadas en su retirada.