Su nombre es el de un arqui-demonio que aparece por primera vez en la literatura del Período del Segundo Templo de Israel, como una personificación de la palabra hebrea "mastemah", que significa "odio", "hostilidad", "enemistad" o "persecución".
Belial, mencionado dos veces en Jubileos, es probable que sea idéntica a Mastema en este trabajo.
Como Abraham se dispone a sacrificar a su hijo Isaac, Mastema se queda en presencia de Dios.
El extraño relato en (Éxodo, 4:24), donde se reúne Yahvé con Moisés en el camino y trata de matarlo es contada de una manera que le atribuye el ataque a Mastema (Jubileos 48:1-3).
Se afirma que Mastema ayudó a los sacerdotes egipcios que se opusieron a Moisés.