Dos de sus alumnos, Neville Chamberlain y Stanley Baldwin, llegaron a ser primeros ministros del Reino Unido.
El colegio desarrolló varias asignaturas liberales y vocacionales, pero expulsó a los artesanos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el estilo arquitectónico no era tan apreciado como ahora.
Paul Cadbury se refirió a él en 1952 como una monstruosidad neogótica y esperaba que fuera demolido en 50 años.
Durante la primera sesión académica del colegio, en 1880, se ofrecieron a los estudiantes cursos de física, química, biología y matemáticas.