Tras un tiroteo con la policía en el que murieron cinco agentes, los atacantes se apoderaron del edificio, tomando como rehenes a 1181 personas, la mayoría menores.
Más tarde se reveló que los atacantes habían matado a veinte hombres adultos tomados como rehenes y habían tirado sus cuerpos fuera del edificio ese mismo día.
[4] El gobierno ruso dijo al principio que no haría uso de la fuerza para rescatar a los rehenes, y tuvieron lugar negociaciones para una resolución pacífica los dos primeros días, dirigidas por Leonid Roshal, un pediatra cuya presencia habían reclamado los secuestradores.
Muchos rehenes, especialmente los niños, se quitaron la camisa y otras prendas de vestir para aliviar el insoportable calor que hacía dentro del edificio.
Por la tarde, 11 mujeres lactantes y 15 niños pequeños fueron liberados por los secuestradores tras unas negociaciones con el expresidente ingusetio Ruslán Áushev.
Dos trabajadores del equipo médico murieron y los demás se pusieron a cubierto.
No pudo identificar si el tiroteo lo iniciaron los padres armados de los rehenes o los secuestradores.
Estalló una batalla caótica mientras las fuerzas especiales intentaban entrar en la escuela al tiempo que protegían la huida de los rehenes.
Parece muy probable que algunos de los muertos lo fueran a causa del denominado fuego amigo.
[14][15] Los secuestradores provocaron más explosiones, destruyendo totalmente el gimnasio e incendiando buena parte del edificio, mientras los comandos de las fuerzas especiales perforaban las paredes para permitir la huida a los rehenes.
En el 2020 la cadena rusa RT también lanzó un documental llamado "Los sobrevivientes de Beslán" que reunió a víctimas, familiares, y oficiales implicados en la tragedia.