A más de 50 años de lo ocurrido en San Miguel Canoa, al igual que en esa época, hoy la justicia es la misma porque tanto el sacerdote Enrique Meza Pérez, como los señalados del múltiple homicidio, autores intelectuales y materiales, no recibieron su castigo, acusa Julián González Báez, único sobreviviente del linchamiento.
Debido a que la mayor parte del pueblo hablaba náhuatl, nadie leía periódicos ni veía televisión, y no estaban enterados del movimiento estudiantil de 1968, que ocurría entonces en la Ciudad de México.
[5] Hubo un saldo de 7 víctimas: 4 muertos y 3 heridos, los cuales son: Después de los hechos, hubo algunas aprehensiones, pero no se resolvió el caso; el sacerdote fue cambiado del pueblo y el pueblo quedó marcado por ese hecho.
Después de eso, hubo una adaptación cinematográfica donde los sobrevivientes ayudaron a recrear situación donde el rodaje fue un pueblo cercano al dicho lugar.
Julián escuchó el clamor del pueblo a pesar de que no lo quería aceptar.