Masacre de Myall Creek

Eran parte del pueblo Wirrayaraay (ortografía alternativa: Weraerai), grupo que pertenecía a la tribu kamilaroi.Estos aborígenes habían estado acampados pacíficamente en la station de Peter McIntyre durante unos meses.La mayoría de ellos habían dado nombres como Daddy, King Sandy, Joey, Martha y Charley a los europeos.Cuando los ganaderos entraron en su campamento, los aborígenes huyeron hacia la cabaña del convicto Charles Kilmeister pidiendo protección.Cuando el gerente de la estación, William Hobbs, regresó varios días después y descubrió los cuerpos, contando hasta veintiocho de ellos (como fueron decapitados y desmembrados existían dificultades para determinar el número exacto), se decidió a denunciar el incidente, pero en un primer momento Kilmeister le convenció de no hacerlo.Con el apoyo del procurador general, John Plunkett, Gipps ordenó al magistrado de Policía Edward Denny Day, en Muswellbrook, investigar la masacre.La Black Association, como se hacían llamar, estaba dirigida por un Magistrado local, que al parecer utilizaba la influencia de su oficina para tener acceso a los prisioneros en Sídney, donde les aconsejó "mantenerse unidos y no decir nada".Ni uno solo de los once acusados prestó declaración contra los demás en el juicio, cosa que Gipps atribuyó a la influencia del Magistrado.Declaró cómo los doce hombres habían atado juntas a las víctimas y se las llevaron.El jurado, tras deliberar durante apenas veinte minutos, declaró inocentes a los once acusados."[4]​El fiscal general Plunket, sin embargo, solicitó al juez que se mantuviera detenidos a los prisioneros en espera de otros cargos por el mismo incidente.Declaró ante el tribunal: "Mientras el Patrón estaba de viaje llegaron unos hombres un sábado, alrededor del día 10, no puedo decir cuántos días después de su marcha; llegaron a caballo, armados con mosquetes, espadas y pistolas, y todos ellos estaban armados ..."[5]​Anderson testificó de que los aborígenes encerrados en la cabaña habían gritado dirigiéndose a él pidiéndole ayuda.Como no se cuenta con registros históricos, no es posible determinar con precisión el número exacto de aborígenes que fueron masacrados allí, pero las estimaciones oscilan entre veinticinco y más de cien.En su libro, Blood on the Wattle (Sangre en las Acacias), el periodista Bruce Elder dice que los enjuiciamientos resultaron en exitosos pactos de silencio que pasaron a ser una práctica común para evitar pruebas en los procesos posteriores.La ceremonia se celebra cada año el 10 de junio para conmemorar a las víctimas.El monumento fue vandalizado en enero del año 2005, suprimiéndose las palabras "muerte", "mujeres" y "niños" para hacer ilegible la inscripción de la placa.
Henry Dangar (1796 - 1861).
Vista panomárica del Valle de Hunter